
Tu guía para recuperar el hierro que pierdes en tu período
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¿Te has preguntado por qué después de tu período te sientes como si te hubiera atropellado un camión? No estás loca, y no es solo "parte de ser mujer". Tu cuerpo literalmente perdió hierro vital durante esos días de sangrado, y recuperarlo es clave para sentirte humana otra vez.
El hierro que se va con cada período
Durante tu menstruación, no solo pierdes sangre, pierdes hierro esencial que tu cuerpo necesita para transportar oxígeno y mantener tu energía. Es como si tu tanque de gasolina se vaciara cada mes y necesitaras llenarlo estratégicamente para no quedarte en la carretera.
Esta pérdida explica esa fatiga post período, la falta de concentración, y esa sensación de estar funcionando al 50%. Tu hemoglobina baja, tu oxígeno no circula bien, y todo tu sistema se resiente.
El protocolo de recuperación gentle pero efectivo
La clave no es saturarte de hierro durante el período, sino preparar tus reservas antes y recuperarte después con inteligencia. Tu cuerpo absorbe mejor el hierro cuando está relajado y bien nutrido.
Combina alimentos ricos en hierro con vitamina C para multiplicar la absorción. Piensa en lentejas con pimiento rojo, carne con jugo de naranja, o espinacas con fresas. Es como darle a tu cuerpo las llaves correctas para abrir la puerta del hierro.
Pasos para tu recuperación completa
Evita los bloqueadores: Deja pasar al menos una hora entre tu café/té y tus comidas ricas en hierro. Esos taninos son como guardianes que no dejan pasar el hierro.
Abraza la vitamina C: Agrega cítricos, fresas, brócoli o pimientos a tus comidas con hierro. Es tu mejor aliada para la absorción.
Monitorea tu energía: Si después de dos ciclos siguiendo estos tips sigues sintiéndote agotada, considera hacerte análisis de ferritina.
Considera suplementos suaves: Si tienes períodos abundantes, un suplemento de baja dosis con vitamina C puede ser tu salvavidas.
Sé constante: La recuperación del hierro es un maratón, no un sprint. La consistencia gentle pero firme gana siempre.
Recuerda, cuidar tus niveles de hierro no es vanidad, es supervivencia. Tu cuerpo hace un trabajo increíble cada mes, y merece el combustible adecuado para seguir siendo la máquina poderosa que es.



